domingo, 22 de mayo de 2011

incluso había dejado de escribir, ya no me salían las palabras, mis pasos frágiles perdían el sendero, el sendero se volvía repetitivamente un gato negro o una cortina de andrajos en cualquier edificio, la reproducción de lo aparentemente absurdo me inundó, enconchada asomé los ojitos tristestristes por el único orificio que tenía para conectarme con el mundo. entonces me fui pal desierto y otra vez abrí mi pecho. la magia me encontró o yo la encontré a ella. No sé que fue lo que sí hice bien. pero logré quitar el parche de mi ojo izquierdo, aquel del que hablo hace tanto, lo quité por un momento y sentí que voy por buen camino otra vez.

1 comentario:

RoSeCk Black dijo...

Me parece magnifico poder leerte nuevamente y observar con regocijo lo suelto de tus labios que atajan las palabras en mi mente, al describir tan calidamente aquello que en ocasiones negamos dejar, todos los momentos que han estado y es necesario dejar para poder volver a ser..