miércoles, 18 de marzo de 2009

el poema que perdí y reencontre en el mismo bolsillo

Ultramar 16.03.09
En esta herida abierta del vacío, hay trances olvidados en algún lugar de mis anchos mares, salen de sus orificios animales ponzoñosos que disfrutan del embrague de mis oraciones, nadie reconoce el más allá de las palabras cuando el canto de una sirena se atraviesa entre los poros , nadie esta tan seguro de lo que vendrá esta madrugada, púrpura madrugada, azotada de nombres y espacios vacíos y tenues avenidas manchadas de las vísceras de pequeños insectos abierto por lo largo.
Nadie mencionara el por qué, el cómo y el cuándo de nuestros encuentros fortuitos, manos que se frotan continuamente en una fricción acartonada, en los finos pliegues que una mano esconde entre las avenidas de su palma, entre los ríos astutos que se formas entre palma y palma, entre el sol y el sol de sus centros, caritas nacidas entre los dedos, en sus finos y apelmazados pliegues de manos hirsutas, tímidas, que acarician lánguidas y dulces un sobrenombre, un color vegetal, un dorso trémulo de deseos que quieren y no quieren ser reconocidos.
Anda una pasión desbordándose buscando andando de piel en piel y de nombre en nombre, la reconocen la atraen la repelen, anda una pasión amacigada de cantos rodados, de anemonas airadas entre las aguas, anda una pasión adentrada en el mar impronunciable de estos versos, anda trotando mareas, como buscando y encontrando infinitamente, nunca se sacia, pasión vencida contemplada, perdida, mallugada de tantos cuerpos amorosos y tantas palabras que nunca llegaron a sus destino, a las pieles, a los nombres, a las notas férreas que se dispersan en el sonido arrecife ola desenfreno. Pasión que sale de casacordillera y desesperadaarriba a los brazos de este soliloquio endurecido a plena ola.